Doctoranda en el Programa de Doctorado en Ciudad, Territorio y Planificación Sostenible. Departamento de Geografía de la Universitat Rovira i Virgili

Barcelona, que lleva más de un siglo lamentándose por la falta de zonas verdes, no sabe que puede tener su propio “Central Park” tocando con Ciutat Vella. El punto fuerte en este caso es tener espacio libre en una ciudad tan densa y construida como es el caso de Barcelona. El Parque de Montjuic no es capaz de llegar a la ciudad, ni la ciudad de subir espontáneamente. La montaña, taponada al sureste por instalaciones del Puerto y por una ronda litoral envejecida, tampoco se puede bordear por el litoral, ni el Raval conectarse con el barrio vecino emergente de la Marina del Prat Vermell.

Diagnosticada la enorme importancia de Montjuic para redefinir en el futuro el carácter urbano de Barcelona y el bienestar de sus habitantes, hemos visto en la presente propuesta de tesis doctoral la oportunidad de entender y de modelar la complejidad urbana conjuntamente con la movilidad, las infraestructuras, la salud física y psicológica de los habitantes.

Las dos desconexiones de Montjuic

Como herencia de todos los procesos históricos, económicos y sociales, la montaña presenta desconexiones que dificultan su relación con la ciudad.

La culpa no es, como se pueda llegar a pensar, puramente geográfica, porque la montaña está rodeada por barrios populosos por todas bandas menos por el puerto. Si Montjuic se considera una montaña periférica y no es una montaña céntrica es básicamente por la falta de conexión entre sus dos barrios litorales, y también por la falta de conexión entre la ciudad circundante y el propio parque.

Por un lado provoca la discontinuidad horizontal entre los barrios litorales.

Por otro lado persiste una discontinuidad vertical que separa la montaña de la ciudad. Las razones por las que Montjuic sea un parque urbano desconectado de la ciudad son complejas, no siendo el desnivel la más importante ni su historia la menos.